He aquí uno de los textos de Chesterton que más me gusta, se trata de la conclusión de su librito “Lo que está mal en el mundo” la cual he titulado para propósito de esta entrada “ Con el pelo rojo de una niña” es sencillamente genial. "Hace un tiempo algunos médicos y otras personas a las que la ley moderna autorizó a dictar normas a sus conciudadanos menos elegantes emitieron una orden que decía que había que cortar el pelo muy corto de las niñas pequeñas. Me refiero, naturalmente, a aquellas niñas pequeñas cuyos padres fueran pobres. Muchas costumbres antihigiénica son habituales entre las niñas ricas, pero pasará mucho tiempo antes que los médicos se metan con ellas. Ahora bien, la cuestión que provocó esta interferencia concreta fue que los pobres se encuentran tan presionados desde arriba, en submundos de miseria tan apestosos y sofocantes, que no se les debe permitir tener pelo, pues en su caso significa tener piojos. En consecuencia, los médicos sugieren suprimir e...
La señora Bésant hace poco tiempo anunció en un interesante ensayo, que en el mundo sólo existía una religión, que todos los credos son versiones o desfiguraciones de ella y que se hallaba dispuesta a decir cuál era esa religión. Según la señora Bésant, esa iglesia universal simplemente es el "yo" universal. Es la doctrina según la cual todos somos realmente una sola persona; que no hay un muro individual entre hombre y hombre. Si puedo expresarlo así, la señora Bésant no nos dice que amemos a nuestros vecinos; nos dice que seamos nuestros vecinos. Esta es la meditada y sugestiva descripción que la señora Bésant nos hace de la religión según la cual todos los hombres deben hallarse en armonía. Y nunca en mi vida había oído una sugerencia con la que me hallara en más violento desacuerdo. Quiero amar a mi vecino no porque él sea yo sino precisamente porque él no es yo. Quiero amar al mundo no como se ama a un espejo porque es uno mismo sino como se ama a una m...
La filosofía es sólo el pensamiento que ha sido pensado. A menudo, es muy tediosa. Pero el hombre no tiene alternativa, excepto sufrir la influencia de pensamientos que han sido pensados y no sufrir la influencia de pensamientos que no han sido pensados. A esto llamamos comúnmente cultura y civilización. Pero el hombre siempre sufre la influencia de pensamientos de alguna clase, los propios o los de algún otro hombre; los de alguien en quien confía o los de alguien de quien nunca oyó hablar; pensados de primera, de segunda o tercera mano; pensados desde leyendas explotadas o rumores no verificados; pero siempre hay algo como la sombra de un sistema de valores y una razón de prelación. El hombre siempre examina todo a través de algo. La cuestión aquí es si alguien examinó, alguna vez, el examen. G. K. Chesterton. El hombre común y otros ensayos sobre la modernidad . Ediciones Lohlé - lumen
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