El hombre sin ideas
La intolerancia puede definirse, aproximadamente, como la del hombre que carece de opiniones. La intolerancia es la resistencia con la que recibe las ideas definidas una masa de gente cuyas ideas resultan indefinidas en extremo. La intolerancia podría considerarse como el horrible pánico de los indiferentes. Este pánico de los indiferentes es, en realidad, algo terrible; algo que ha generado persecuciones monstruosas y duraderas. En este sentido, nunca fue la gente muy consciente la que se dedicó a perseguir; la gente muy consciente nunca fue lo bastante numerosa. Quienes llenaron el mundo de fuego y de opresión fueron aquellos a los que no les importaba nada. Fueron las manos de los indiferentes las que prendieron las teas; fueron las manos de los indiferentes las que accionaron el potro de tortura. Ha habido algunas persecuciones surgidas del dolor de una certeza apasionada, pero esas no produjeron intolerancia, sino fanatismo, algo muy distinto y en cierto sentido admirable. La into