Elogio a Santo Tomás II
Es necesario aclarar aquí dos cosas. En primer lugar, para la tradición aristotélica, comprender las cosas no significa estudiarlas experimentalmente: basta comprender que las cosas cuentan, la teoría pensaba el resto. Muy poco, si se quiere, pero ya un buen salto adelante respecto al universo alucinado de los siglos precedentes. En segundo lugar, si Aristóteles debía ser cristianizado, era necesario conceder más espacio a Dios, que se hallaba bastante apartado. Las cosas crecen por la fuerza interna del principio de vida que las mueve, pero será preciso admitir que, si Dios se toma en serio todo ese gran movimiento, sea capaz de pensar la piedra mientras ésta se va convirtiendo en piedra por su cuenta, y que, si decidiese interrumpir la corriente eléctrica (que Tomás denominaba «participación»), se produciría el block out cósmico. Por consiguiente, la esencia de la piedra está ya en ella y es aprehendida por nuestra mente, que es capaz de pensarla, pero existía ya en la mente de Dio